Soneto a Villarrín de Campos (mi pueblo)
Puerta y balcón, ventana de mi vida,
mirador de recuerdos enlazados;
en tí dejé, los sueños más dorados,
cargados de nostalgia incontenida.
En tí dejé, mi suerte decidida,
bajo cielos abiertos, azulados;
bucólicos sentires oreados,
al viento fresco de la amanecida.
En tí dejé, la llama permanente,
que ilumina y orienta mi sendero;
mi rodar por el mundo peregrino.
Más al cabo, sumido en tu corriente,
al molino se vuelve el molinero,
con el polvo y sudores del camino.
Agustín Flórez Carnero.
Navidades 1969